PsicologíaCulpa. ¿Cuándo es productiva y cuando improductiva?

Arantxa Vidal

Culpa. ¿Cuándo es productiva y cuando improductiva?

El sentimiento de culpa es un mecanismo en el que, a partir de un acto u omisión, realizamos un “juicio moral” de nuestra conducta e incluso de nuestros pensamientos y siempre la conclusión es de que lo hemos hecho mal y que deberíamos tener un castigo por ello.

 Actuamos siendo nuestros propios jueces, culpándonos y castigándonos.

Este sentimiento actúa de diversas formas que varían; por la educación recibida, familia, estereotipos sociales, por las propias creencias… por eso es muy complejo.

Pero podemos distinguir entre la culpa adaptativa y la des adaptativa o también la podemos llamar, productiva e improductiva.

Sentimiento de culpa adaptativa

  • “me siento mal por haber reaccionado de forma agresiva”
  • “debería haber estudiado más ayer, hoy no tendré tiempo para ello”
  • “debería hacer más deporte, estar sentado tantas horas no es bueno para mi salud”

En estos casos la culpa aparece con motivo de mejora hacia una situación que nos puede perjudicar. Buscamos una mejor versión de nosotros. Pese a no ser una emoción agradable, tiene un propósito bueno. Es decir, la función de la culpa en este caso es la de reconocer el error y poner en marcha su reparación. Nos previene.

Podemos decir que la culpa adaptativa actúa como medida de control para que actuemos de la forma más adecuada y con consciencia. Tomar decisiones acertadamente.

Culpa des adaptativa

  • “me siento mal por haber comido tanto” (pero tenía hambre)
  • “no debería haber dormido tanto, pierdo mucho tiempo” ( pero estaba muy cansada)
  • “no debería haber dicho que no iba a la cena ( aunque no me apetecía porque la gente no es de mi agrado)

En estos casos, el sentimiento de culpa viene acompañado de trsiteza, angustia, frustración, remordimiento… y de pensamientos y conductas reiterativas. Lo que nos está influyendo en nuestra moralidad, la que hemos construido con normas y valores que hemos adquirido desde nuestra infancia y son estos mismos los que hacen que establezcamos límites.

El problema viene según la rigidez que le demos a estas normas, ya que cuanto más duras sean, más consideraremos que nos hemos sobrepasado y por tanto más castigo nos daremos.

Por lo que las normas tienen la desventaja de que pueden ser contrarias a nuestros deseos, pero van a depender de la propia percepción o significado que le demos a las mismas lo que determinará el grado de culpabilidad.

Para que la culpa sea lo más adaptativa posible debemos cambiar la culpa a responsabilidad, verlo de forma a que hemos tomado una decisión:

“ Yo he decidido comer más hoy porque ( razón que te ha llevado a esa decisión) la comida que había me gustaba y aproveché que tenía hambre. Si no lo hubiera hecho, entonces ( consecuencia negativa de no hacerlo)  tendría hambre más tarde y hubiese comido cualquier cosa y no la comida que más me gusta” “ yo he decidido dormir más hoy ya que he tenido una semana muy dura y me sentía floja, de esta formar recargaré las pilas. Si no hubiese descansado estaría como un zombie una semana más”

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