¿Cómo interactuamos con los demás? El triángulo de Karpman
Te has dado cuenta alguna vez de que estando con un grupo de gente o incluso delante de según que persona, interactuamos de una forma u otra? Incluso muchas veces te habrás preguntado porque siempre te rodeas de un mismo patrón de personas, sobre todo en las relaciones de pareja, a que sí?
Pues para darle explicación a esto, Stephen Karpman desarrolló el “Triángulo Dramático”, también conocido como el “Triángulo de Karpman” o “Triángulo de Drama”. Este triángulo explica una dinámica relacional en la que aparecen tres roles ( tres formas de relacionarse con los demás). Pero estas formas son dañinas a la hora de establecer una relación.
Una misma persona puede ir cambiando de roles en función de las experiencias de vida o puede tender a permanece siempre en el mismo rol.
Os explicaré este modelo y con esto quiero que veáis si os sentís identificados con algunos de estos roles, así será más sencillo ver cómo podemos modificarlos o mejorar nuestras formas de actuar en según en que circunstancias, incluso seremos capaces de no entrar en este juego psicológico.
Por tanto, el modelo nos dice que hay tres roles:
- Perseguidor: se basa en poner en juicio todo lo que hacen los demás y siempre desde la superioridad. Suelen reprochar, castigar, resaltar puntos débiles de los demás y utilizarlo en su propio beneficio. Parece que siempre están rabiosos, pero en realidad lo que predomina es el miedo al abandono.
- Salvador: Sobreprotege, su misión es ser el salvador. Intenta constantemente cubrir las necesidades de los demás, incluso aunque no se lo hayan pedido y siempre de una forma altruista y genuina. Se olvidan de ellos mismos, pero es la forma que tienen de sentirse bien consigo mismos. Huyen del conflicto.
- Víctimas: es una persona que se retroalimenta manteniéndose en un estado de sufrimiento. Demanda que lo compadezcan. Tiene sensación de injusticia constante y se ven incapaces de hacer nada por solucionar o aliviar ese sufrimiento. No confían en ellos mismos y don dependientes de los demás.
Un ejemplo de esto podría ser:
- Perseguidor: yo soy el bueno y tu el malo. Yo hago las cosas bien y tu mal
- Salvador: Yo te cuidaré, a mi lado no te faltará nada. Haré lo posible porque estés bien.
- Víctima: que mal estoy, siempre todo me pasa a mí.
Estos roles son dinámicos, es decir, van cambiando a lo largo de las situaciones. Veamos un ejemplo dentro de una relación:
- Clara es una persona que siempre ha tenido el rol de cuidador, ya que así lo ha aprendido de la relación con sus padres. Por lo que cuando está en pareja con Carlos, adopta este mismo rol, siempre lo ayuda, pero en realidad Carlos nunca se lo ha pedido. Cuando tienen una discusión ella cambia este rol y se vuelve perseguidora (método de defensa), echándole en cara todo lo que ella hace por el. Aquí es dónde Carlos entra al juego, con un papel de víctima (todo lo hago mal) por lo que tiene la creencia de que no vale para nada y que depende de Clara.
¿Cómo nos afectan?
- Perseguidor: Constantemente enfadado, centrándose en lo que está mal. Fomenta la ira, se enfoca en lo que no hay, para así poder juzgar. Sus propias inseguridades hacen que se posicione en la superioridad, por eso machaca a la víctima y le deposita toda la culpa. El problema viene que desde la superioridad no es capaz de trabajarlas ya que no es consciente de ellas.
- Salvador: Sus propias necesidades o carencias son las que desempeña con la otra persona, por ello necesita estar atento a la otra persona. El problema es que la invalida y se carga de responsabilidades que no son suyas. Esta actitud genera dependencia hacia el salvador.
- Víctima: Se mantiene en un estado de sufrimiento constante. Siente miedo y culpa de todo lo que hace por lo que lo paraliza.
Estos roles como veis, son dañinos y se retroalimentan, por lo que es importante salir de ellos para mantener relaciones sanas, tanto de pareja como con los demás.
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